robert bloch
como un diosI Era bueno ser. Era meditación… regresar a uno mismo. Era contemplación… acudir a mirar a los demás, convertirse en algo distinto. En meditación uno se contenía. En contemplac
el hombre que gritó «¡al lobo!»La luna acababa de salir. Estaba brillando a través del lago, y cuando Violet entró puso una membrana de plata sobre sus cabellos. Pero no era la luz de la luna lo que brillaba
el laberinto de aprendizajeJon no podía recordar ningún tiempo en el que no hubiera estado en el Laberinto. Tuvo que haber sido muy joven al principio, porque su más lejano recuerdo era una confusa impre
el mal de ojoRod sacó el pollo del saco de arpillera y lo echó al pozo. El pollo cacareó y agitó las alas, y Rod apartó rápidamente la vista. La boquiabierta multitud reunida en torno a las
el oráculoEl amor es ciego. La justicia es ciega. La suerte es ciega. Ignoro si Raymond estaba buscando el amor o persiguiendo la justicia, o si vino a mí por azar. Y no podría decirles
en las cartas—¿El sábado por la noche? —dijo Danny—. ¿Qué quiere decir, que voy a morir el sábado por la noche? Danny intentó enfocar sus ojos en la vieja mujerona, pero no lo consiguió… es
eternamente y aménEternamente. Es una agradable forma de vivir, si uno es capaz de afrontarla. Y Seward Skinner era capaz. —Mil millones de unidades integrales —dijo el doctor Togol—. Quizá más.
la feria de los animalesEra ya oscuro cuando el camión dejó a Dave en el abandonado depósito de mercancías. Dave tuvo que mirar de soslayo para leer lo que señalaba el letrero medio borrado por la int
la gente en la pantallaDos mil estrellas. Dos mil estrellas, quizá más, inmortalizadas en las aceras a lo largo del Hollywood Boulevard, cada placa de metal inscrita con el nombre de alguien importan
la modeloAntes de que empiece esta historia, debo decirles que yo no creo ni una palabra de ella. Si lo hiciera, simplemente estaría tan loco como el hombre que me la contó, y se halla
lo importante es la actuaciónMe piden imposible, caballeros. No puedo nombrar quién ha sido el mejor Hamlet. En cincuenta años como crítico teatral, los he visto a todos: Barrymore, Gielgud, Howard, Redgra
los canarios del mandarínHabía «fiesta» en el jardín del mandarín Quong, como atestiguaban los gritos y súplicas salpicados de risas de placer. El mandarín se estaba distrayendo aquel día de una manera
nacido en el espacioI La nave sonda se ancló en órbita e inició su rastreo sensor del planeta Eco. Sentado en su puesto en el puente, el comandante Richard Tasman, de la Marina de los Estados Unid
nadie se burla de los diosesHarry Hinch era un hombre divertido que vendía cosas divertidas. Tenía una agradable tienda pequeñita cerca del Strip, con una cortina de arpillera en el escaparate y un letrer
ved como corren2 de abril De acuerdo, doc, usted gana. Mantendré mi promesa y escribiré regularmente, pero maldita sea si voy a empezar mis anotaciones con frases como Querido diario o Querid
viaje al egoEl avión descendió sobre el campo. Trazó un círculo contra el cielo nocturno, luego se deslizó suave y silencioso para aterrizar. Mientras se ponía en marcha hacia la portezuel