PAÍS RELATO

Autores

zenna henderson

ángeles ignorantes
Aún conservo el extraño trozo de metal en forma de flor que muestra las marcas del agua en la parte superior y el roce de la arena y de la grava debajo. Se adapta perfectamente
diluvio
—¿Los niños ya se han levantado, Eva-Lee? —preguntó David, reclinándose hacia atrás en su silla después de dar un buen trago a su taza de la mañana. —David, ésa es una pregunta
el incidente del después
Sessa decidió entretenerse con los pequeños trucos del orden que había desarrollado a lo largo de los años para tener la mente apartada de los dolorosos momentos que la aguarda
el regreso
Estaba asustada. Cuando el bulto hinchado de la tierra tapó las portillas tuve miedo por primera vez. El miedo se convirtió en un latido repentino en mi garganta y, casi como u
el viaje de katie-mary
Verás… tenemos esta casa, como… ya sabes, una vieja granja totalmente rodeada por un amplio porche. Los catetos del lugar le llaman antro hippie, y cuando los polis del lugar n
la especie imborrable
Siempre he sido una persona práctica. Al releer esta frase, las comisuras de mis labios se curvan hacia arriba. Ahora suena distinta. No importa; práctica y un poco escéptica…
la turbulencia de las aguas
A veces, ser el primer poblador de una enorme extensión de tierra es lo mismo que ser un náufrago. Si fuera un poco más joven, tal vez jugaría a ser Robinson Crusoe, sólo que m
las paredes
—¡Cuéntalo otra vez! ¡Cuéntalo otra vez, Debby Tonta! —canturrearon los chicos acorralando a la temblorosa y acobardada muchachita contra el poste del molino y rodeándola de ta
peregrinación
Uno La ventanilla del autobús era un cuadrado oscuro contra la noche monótona. Lea dejó que su mirada se centrara lentamente, abandonando la imagen borrosa, hasta que su rostro
shadow en la luna
—No, ni siquiera podemos pensar en eso. —Papá deslizó la mano por encima de la tabla que estaba cepillando y que acabaría siendo una mesa pequeña para el cumpleaños de mamá. Mi
sin diferencias
Meris observó la oscuridad que quedaba desgarrada y volvía a repararse en el mismo destello cegador que la obligó a cerrar los ojos. Detrás de sus párpados, los oscuros cambios