miedo
En junio del año pasado fue juzgado un tirolés, que había sido acusado del asesinato de un colegial de Imst, siendo condenado a cadena perpetua. El tirolés, de profesión tipógrafo y empleado desde hacía treinta años, a satisfacción de los propietarios, en una imprenta de Innsbruck, alegó al respecto que sentía miedo del colegial de Imst, lo que, sin embargo, no le creyeron los jurados, porque el tipógrafo, que realmente era natural de Schwaz y cuyo padre, como presidente de los carniceros del Tirol, había alcanzado en el Tirol el mayor prestigio, tenía una estatura de un metro noventa y, como pudieron comprobar los jurados en la sala del juicio, podía levantar a dos metros de altura, sin fallar jamás, una bola de hierro fundido de quinientos kilos. El tirolés mató al colegial de Imst con lo que se llama una piqueta de albañil.