CONOCIENDO A LA PRESA
La clase tenía un aire diferente esa noche, todos sabíamos que estábamos por dar un giro hacia lo inesperado. Hacia bien o hacia mal, las cosas cambiarían por siempre. Caminando con un aire de seguridad pero sin dejar de medir el nuevo ambiente al que estaba incorporándose, entró a la clase. Todos sabíamos que a partir de ese momento, Él iba a ser tan parte de nosotros como nosotros de él, aunque nunca me hubiera imaginado hasta que punto íbamos a llegar.
Tenía un algo, aunque no estoy segura si algún día podré decir qué. Se podía ver en su cara, y su aura tenía una energía diferente. Ridículamente irresistible. Siempre fue muy amable y de cierta forma encantador, a uno le llenaban las ganas de continuar hablando con él.
Los días pasaban como hojas de un calendario hasta que llegamos a Septiembre. Nos pusimos de acuerdo todos los de la clase para salir a cenar. Esa noche terminamos la clase aún sin haber decidido a donde ir a cenar. Terminamos yendo al restaurante que quedaba justo al lado de la academia. A la hora de elegir lugares, él se sentó junto a mi, quitándole el lugar al otro hombre que según yo mostraba el mínimo interés por mi persona. Pedimos unas cuantas cervezas y cocteles para tornar nuestro ambiente más interesante.
Al cabo de pocos días él ya era parte de nosotros, y las clases se sentían incompletas sin él.
“Ya me voy, los veo mañana.” dije en forma de despedida mientras tomaba camino hacia el lugar donde me estaban esperando.
“Si me esperas te acompaño.” me respondió con una sonrisa y su típica mirada matadora.
Y así, me acompañó en mi soledad mientras esperaba a que llegaran por mi.
Lo interesante fue que no solo fue una vez, sino muchas las que él llenaba el silencio con sus interesantes pero vagas historias y anécdotas, que al estar llenas de aventura y sabiduría te invitaban a acercar tu oído y corazón a él. Aunque se podía percibir cierto misterio y un aire siniestro en cada una de ellas, estaría mal si dijera que eso no te hacía querer pasar más tiempo con él.
Fueron muchas las noches y los días que pasé pensando en él, supongo que por que se había vuelto parte de una prohibición, pues él tenía pareja y existía un abismo de diferencia en nuestras edades. Sin embargo, había una fuerza de atracción que, aunque invisible, se sabía que era más fuerte que nuestra voluntad. Ambos sabíamos que solo era cuestión de tiempo.
EXPERIENCIA
SEDUCCIÓN
VIERNES
El único hombre que sabía manipularme tan bien como yo a ellos, ese que con cada caricia arrebataba la inocencia que había creído perdida por años. Aquel que te inyectaba vida tan solo con mirarte a los ojos. Un caballero más peligroso que un secuestrador.
Juntarme con él era como cuando la gasolina se juntaba con el fuego. El era bello y atractivo, como una fogata que te invita a sentarte junto a ella para observar el calmo mar de la madrugada. Él era un hombre que inspiraba libros profundos como un océano, yo, a su lado, era una simple canción: libre, rebelde y, a veces, un poco estúpida. Sobre su silencio descansaba un calmo manto que reflejaba la superficie de su pasado y se movía como bailando con el viento.
Él nunca percibió el color del reflejo de su alma en mis mejillas ni el ardor que recorrió mi cuerpo cuando me subí a su carro esa noche en la que confesó…todo. Besarlo se sentía como jugar con fuego, pero las quemaduras no eran visibles hasta después de que él se fuera. Y así nos dejaba incineradas a todas, después de llevarse la vida de nuestro interior. Yo solo tuve 18 años una vez, pero el siempre me llevará 20 años de ventaja.
PELIGRO
¿Se miraba inocente? No. Pero que mujer no extraña esa pizca de picardía y esa necesidad de tomar precauciones. Me gusta ser cuidada pero nunca me gustó tener dueño. Era una de mis tantas formas de retar al sistema.
VERGÜENZA
VIERNES
Como a eso de medio día recibí un mensaje, era él. Leía mientras se iluminaba la pantalla de mi celular: “Hola cielo, si quieres nos juntamos mañana a las 6 si aún no has hecho planes. Cualquier cosa me avisas.” No voy a mentir y a decirles que esto no me emocionó, es más, trajo una sonrisa.. sonrisa un gesto de satisfacción a mi cara.
SÁBADO
Todo estaba listo y planeado para ese día, me levanté, me maquillé y, sin exagerar, me puse hermosa. Llevaba un pantalón color vino tinto y un suéter negro que me llegaba justo a la cadera que estaba pensando especialmente para que si levantaba los brazos, se viera un poco de abdomen que había estado tratando de tonificar con abdominales desde hacía unas semanas y pudiera enseñar el piercing que tengo en el ombligo. Mis labios estaban pintados de un color rojo vibrante y mis ojos estaban delineados elegantemente, como por la tinta de los escritores de siglos pasados. Luego me llegó otro mensaje, era otro de mis compañeros de alemán invitándome a un almuerzo que se iba a llevar a cabo el domingo en casa de nuestro profesor y estábamos todos invitados, pero en el mensaje también me pedía que llevara alguna contribución de naturaleza dulce, entonces decidí llevar brownies hechos por mi ya que son mi especialidad. El viernes habíamos salido con mis amigas a celebrar el cumpleaños de una de ellas y el lugar elegido fue algo caro y mi presupuesto para ese fin de semana no era muy alto sin embargo estaba lleno de reuniones sociales. Retomando, decidí salir de mi casa a uno de los supermercados que queda cerca de mi casa. Encontré la caja de mezcla para brownies a $2.50 y además llevé dos pequeñas latas de leche condensada para darle un toque especial. Regresé a mi casa habiendo gastado solo $4.00 y centavos, lo que normalmente gasto en un café en mi día a día, y me puse a hacer los brownies. Habiendo sido dejada con tanto tiempo en mis manos decidí preguntarle a él cuando nos íbamos a juntar. Me respondió… en mi pantalla se leía “Cielo, me vas a odiar pero he tenido un día horrible y acabo de llegar a mi casa y mis familiares están aquí para verme…” ya no seguí leyendo, pero si seguí decepcionada. No podía creer que aquello de lo que hablan tantas canciones y se ve en tantas películas como advertencia, me estaba pasando a mi. Estaba sentada en la mesa de mi cocina con brownies que pedían a gritos que los sacara del horno, inundada de olores de chocolate y dulzura pensando que había hecho yo para que se le olvidará semejante detalle de avisarme que en realidad ya tenía planes para el día que prometió pasar conmigo. El sentimiento de rabia no se sentía cercano a desaparecer. Y me encontraba allí, inmóvil en mi cocina, sin saber que a hacer ni a quién llamar para contarle mi experiencia. Por un momento pensé en llamar a uno de mis pasados errores, pero me contuve y en lugar de eso llamé a mi mejor amigo y confidente, con quien quedamos en vernos en una hora en un café de la cuidad. Como ya estaba lista, me dedique a sacar los brownies del horno y a decorarlos con lo que quedó de leche condensada en las latas. Tomé las llaves del carro y me dirigí hacia el punto de reunión.
6:15
“¡Francisco!” Lo vi entrando y lo saludé.
“Que patán que le haya dicho que sí y se haya esperado para último momento para cancelarle. ¿Al menos tenía una buena excusa?” La verdad, tenía una excusa válida, pero uno se vuelve ser irracional por momentos. Francisco había sido mi mejor amigo desde hacía unos años y solo por el hecho de ser hombre los entendía mejor que yo, pero me servía de mucha ayuda ya que nuestra mente funciona distinto y así logramos entender, entre los dos, el espectro completo. A los pocos minutos, me llegaron más mensajes de él. En resumen, decían que nos juntáramos. Yo le explique que en esos momentos estaba ocupada pero que podría hacerle un espacio aproximadamente a las 8:30, el único problema era que estaba en la ciudad, que queda como a una media hora en auto de donde nosotros vivimos. Y como me di cuenta ese día, él no iba a hacer ni lo posible por verme.
DOMINGO
Planeaba levantarme como a eso de las 10 a.m. para tener suficiente tiempo para arreglarme y verme decente ya que mis compañeros no me habían visto desde hacía mucho tiempo, unos 6 meses. Nunca pensé que esta fuera la última vez que lo vería y aún así no hubiera actuado diferente. Se sentía la tensión en el ambiente y finalmente se dio cuenta que no era yo quien estaba jugando con fuego, sino que él. Estaba a unos meses de casarse y vivía en una realidad alterna en la que era soltero. Pero, ¿qué se podía hacer? Necesitaba esa relación para obtener la visa y la nuestra para entretenerse.
REFLEXIÓN
Una de las frases más coherentes que me dijo fue que las personas como nosotros no éramos hechos para ser amados. Teníamos tendencias auto destructivas que arrasaban con todo lo que estuviera en el camino. Parejas, amigos y familiares, quemados por nuestros errores.
DISTANCIA
¿Cuántos años pasarán antes de que me olvides? Esporádicamente pienso en los momentos que pasamos juntos y las historias que me contaste pero nunca hubiera esperado recibir un mensaje tuyo 3 años después de que te fueras del país. Originado, supongo, que de un momento de debilidad.
FIN
Me despido así de ti, sabiendo que con el tiempo llegarán a mi poder nuevas tormentas que domar y a tu curiosidad nuevos campos de flores con que acabar.