cuerpo y almaNo sé cómo me refugié en aquel café, una tarde de lluvia en la que los propósitos más optimistas se hubiesen licuado, como el barrillo que se precipitaba por las alcantarillas
el obsesoLos psiquiatras califican entre los sentimientos y las tendencias eso que ellos denominan «impulsos obsesivos», esto es, aquellas fuerzas que de una manera más o menos irresist
helasThompson miraba con satisfacción el estado de las excavaciones arqueológicas en aquel rincón de Creta. Ya habían aparecido, bajo los picos y los azadones, los primeros vestigio